Las pieles son introducidas en unas barricas de madera donde se ponen en contacto con una solución rica en taninos naturales.
Las pieles permanecen en estos envases durante tres semanas al máximo de los taninos, luego se sacan y empieza la fase de secado.
El secado debe realizarse de manera natural, para ello, las pieles se extienden de forma que el aire circule entre ellas consiguiendo el secado.
Después se dividen y rebajan las pieles totalmente secas, en este punto, a las pieles se les puede aplicar cualquier tipo de color para alcanzar los tonos deseados.
El siguiente paso es tratar las pieles con aceites vegetales y cera de abejas que les aportan brillo e hidratación.
Finalmente, las pieles se extienden y se dejan secar de nuevo para conseguir la fijación de estas sustancias; al secarse las pieles están totalmente curtidas y lisas para ser utilizadas.
Con los procesos de curtidos de piel vegetal las pieles adquieren mayor resistencia al calor, además se evita la putrefacción, es decir, el ataque de microorganismos y microbios.
La habilidad de los maestros curtidores, y su lenta elaboración hacen del cuero curtido, un producto único que puede envejecer sin echarse a perder.
Y si se trata de habilidad y experiencia, en Curtidos Menacho, somos expertos en curtidores, por eso te ofrecemos los mejores productos.
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